Este día ocupa un lugar en el calendario en reconocimiento a Estrada, pero sobre todo al trabajo que las y los trabajadores de la educación realizan día a día.
Cuando uno piensa en las y los profesores piensa en personas comprometidas con sus escuelas y estudiantes. Compromiso que se basa en el hecho de ir de una escuela a otra y aun así conocer el nombre de sus alumnos, sus familias, sus historias, sus conflictos, de planificar con distintos tiempos, de formarse y actualizarse siempre. El Profesor, la Profesora construyen pertenencia, alternativas, impulsan a sus estudiantes a ser críticos, a forjar un camino distinto. Sabe que su tarea cotidiana con los estudiantes es mucho más que enseñar contenidos, es planificar las mejores experiencias educativas, para que alumnos y alumnas puedan delinear su proyecto de vida. Son quienes viven y conviven con la realidad de las escuelas y sus estudiantes, esto les otorga una sensibilidad particular. Todos tenemos el recuerdo de profesores y profesoras que nos han marcado fuertemente en nuestra historia, eso habla de la importancia y de las huellas de la docencia.
…»El gesto del profesor valió más que la propia nota de diez que le dio a mi redacción. El gesto del profesor me daba una confianza aún obviamente desconfiada de que era posible trabajar y producir. De que era posible confiar en mí, pero que sería tan equivocado confiar más allá de los límites como era en ese momento equivocado no confiar.” PAULO FREIRE