Durante años nuestra sociedad estuvo silenciada a través del miedo. Nuestro sistema educativo no fue la excepción. Cuando un compañero o compañera desaparecía, se dibujaba una línea roja en el libro de asistencia y no se hablaba más.

Hoy, a 40 años de la restauración de la democracia, nos encontramos celebrando la lucha de nuestro pueblo en la construcción permanente de democracia. No obstante, esta democracia que supimos conseguir es actualmente acechada por enormes grupos concentrados de poder financiero, político y económico que intentan hacernos retroceder, implantando la idea de negacionismo una vez más.

En este contexto, nuestros espacios de trabajo (las escuelas) se convierten en trincheras, en lugares fundamentales para pensar nuestros derechos y para tomar dimensión de la tarea de defensa que necesariamente debemos llevar adelante, intentando generar un entramado que sea indestructible y para eso, no hay duda, tenemos que seguir trabajando.

Tenemos que continuar evaluando lo ocurrido en nuestro país durante la última dictadura cívica eclesiástica militar para abordar la historia con memoria. Tenemos que seguir trabajando para ser capaces de construir una sociedad justa, que crezca en libertad, solidaria, igualitaria y con respeto por la paz.

Históricamente, desde AMSAFE sostuvimos la lucha por memoria, la verdad  y la justicia como ejes fundamentales de nuestra política sindical. Por este motivo, este año la publicación se centraliza en nuestra provincia: todo el material que aquí presentamos refiere los territorios que habitualmente recorremos, vivimos y trabajamos. Muchos lugares de la provincia están marcados por historia de lucha y de resistencia que debemos retomar con esa misma fuerza en el presente.

Compañeros y compañeras se han dado a la tarea en esta revista de buscar voces e historias en las cercanías del territorio, como herramienta para construir nuestra identidad, mantener la memoria en el presente y para el futuro.

Que esta publicación, entonces, sea un elemento más para cimentar una política donde “memoria, verdad y justicia” jamás sean slogans, sino palabras llenas de contenido que se  profundizan en las aulas, en nuestras tareas en las escuelas y en la vida cotidiana.

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