Nunca en la historia estuvo más claro que somos las trabajadoras y trabajadores del mundo quienes generamos la riqueza. No es un super empresario iluminado, ni una nueva tecnología milagrosa. La riqueza, apropiada por un muy pequeño y perverso grupo de personas, es producto de nuestras capacidades y esfuerzo colectivo.

Esta realidad, golpeada hoy por la pandemia, deberá ser transformada sin demora. Ya no se puede esperar un minuto más. Es responsabilidad del conjunto de trabajadoras y trabajadores construir un mundo donde la igualdad sea la herramienta que garantice una vida digna a todas y cada una de las familias trabajadoras del planeta.

¡Feliz 1ro. de Mayo para las y los trabajadores docentes! ¡La lucha continúa!