“Sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes desarrollen una forma de educación que permita a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica.”
Paulo Freire
Como todos sabemos, el 5 de octubre se estableció como el Día Mundial de los Docentes, una fecha que simboliza la concientización sobre la importancia del trabajo docente en los procesos de desarrollos de los pueblos y de conquista de derechos fundamentales que figuran en las principales declaraciones o cartas que los países del mundo se comprometen a cumplir para garantizar, a nivel mundial, el derecho a la educación.
Más allá de estas declaraciones, hoy sin dudas vivimos tiempos difíciles para la docencia en particular y para la clase trabajadora en general. Tiempos en los que nuestros derechos se ven vulnerados y los compromisos asumidos por los gobiernos están lejos de ser cumplidos en el campo de la educación.
Estamos siendo testigos del avance privatizador en la educación y de la creciente mercantilización y comercialización del conocimiento, junto al desconocimiento de las convenciones colectivas de trabajo, a la baja de salarios y a la precarización de las condiciones laborales.
Bajo el pretexto de “tener un mercado moderno y para todos” se ocultan los feroces intentos de condicionar los procesos de construcción curricular a los designios de las empresas y de las multinacionales, que ven en la educación un imporatnte campo para hacer sus negocios.
Sin embargo, no son éstos tiempos para bajar los brazos. Como clase trabajadora que somos tenemos una larga cultura sindical y una extensa historia de lucha que, sin dudas, impedirán que se lleven a cabo las reformas de la restauración conservadora.
Hoy más que nunca debemos comprender que la política y la educación están profundamente inbricadas y que cualquier proyecto educativo que se pretenda democrático, popular y emancipador, tendrá que tener su correlato en el campo de la política para garantizar verdaderamente el derecho derecho social y humano a una educación pública, gratuita, obligatoria, laica y emancipadora.
“El que piense que no hay un futuro para los pibes, que no sea maestra y ni profesor”, decía Stella Maldonado. Y es justamente esta profunda convicción la que nos permitirá asumirnos como sujetos capaces de habitar la pregunta por el futuro y pensarnos como “trabajadores de la educación plenos” que puedan construir una pedagogía al servicio de la lucha de nuestro pueblo para la transformación social.
Posiblemente sea éste el momento histórico para afirmar que las y los docentes no vamos a permitir que las escuelas públicas dejen de ser espacios de creación y de producción de conocimientos y saberes colectivos. De ninguna manera vamos a consentir que las aulas dejen de estar habitadas por la diversidad cultural y el diálogo y dejen de ser lugares donde se generan prácticas de enseñanza y de aprendizaje alternativas, liberadoras, democráticas, inclusivas y solidarias.
Hoy más que nunca nos toca a las y los docentes dar fuerza a esta idea e impulsar, desde la escuela pública, una pedagogía de la emancipación, para construir una sociedad que propenda a la justicia social, la igualdad y la solidaridad para todas y todos. ¡Feliz Día Mundial del Docente!
Sonia Alesso
Sec. General AMSAFE /CTERA
Miembro Ejecutivo Mundial Internacional de la Educación (IE)
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