La Educación para el trabajo siempre estuvo presente en la historia de la educación.
En la época de la colonia se aplicaba el modelo de aprendices y maestros en sus talleres.
A lo largo del siglo XIX algunos pensadores como Manuel Belgrano, el padre Catanera y más tarde Juan Bautista Alberdi, propusieron proyectos de modernización de la Educación Técnica.
Hacia el siglo XX comenzaron a apreciarse algunos cambios. Con la aparición de algunas escuelas técnicas que formaban a sus estudiantes para diversas tareas y oficios se inicia un camino de especialización.
En 1909 aparecieron las escuelas de arte y oficios exclusivamente para varones. Años más tarde se crearon las escuelas profesionales para mujeres. Los egresados luego de un cursado de tres años obtenían un certificado de aptitud para ciertas labores.
Siguiendo el modelo alemán y francés de formación, de las escuelas industriales egresarían, hacia 1920, técnicos que se incorporarían al mundo del trabajo en fábricas asentadas en grandes ciudades. Para su ingreso se requería tener primaria completa, extendiéndose el plan de estudio a seis o siete años. Las materias estaban centradas en los campos de formación científicos y técnicos. Las horas de aprendizajes en el Taller constituían el 25% del total de la carga horaria.
Los títulos que los egresados obtenían eran: Técnico Mecánico – Técnico Electricista – Técnico Químico – Técnico en construcciones civiles o navales.
En 1935 el Estado Nacional crea las nuevas Escuelas Técnicas de Oficios, buscando elevar el nivel de preparación de los estudiantes; dictándose cuatro especialidades: Electricidad – Herrería –Carpintería – Construcciones. El tiempo dedicado al aprendizaje en el taller era del 50% del total de las horas de formación profesional, otorgándoles a los egresados de las Escuelas Técnicas de Oficios el título de Obrero Especializado en la disciplina cursada. Con un año más de cursado lograban el certificado de Capataces sin la posibilidad de habilitarlo a cursar estudios superiores.
A mediados del siglo XX las Escuelas Técnicas comenzaban a expandirse por todo el territorio nacional mediante la conformación de un Estado de Bienestar inclusivo que posibilitaba aumentar el consumo, la producción de bienes y servicios, alentada por el programa de sustitución de importaciones, y la redistribución de la renta nacional.
La enseñanza técnica acaparaba por aquellos años solo el 16% de los estudiantes. Un porcentaje relativamente bajo para una población que venía triplicándose desde comienzos del siglo.
La ciencia, la técnica y la industria impulsarían notables cambios en los modelos de desarrollo de las poblaciones urbanas y rurales. Los hogares comenzaban a incorporar nuevas tecnologías que mejoraban las condiciones de vidas de sus habitantes, pero al mismo tiempo demandaban nuevos saberes técnicos para dar respuestas a las nuevas dificultades aparejadas con los artefactos electrodoméstico que se incorporaban a los quehaceres del hogar.
En 1944 se creó la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional, incluyendo la creación de Escuelas Fábricas, reformulando la Educación Pública la figura del Aprendiz, teniendo los estudiantes entre 13 y 18 años, quienes a lo largo de dos ciclos de tres años aprendían tareas relacionadas con tareas fabriles. Del segundo ciclo, llamado de perfeccionamiento técnico, se egresaba con el título de Técnico de Fábrica. Los estudiantes recibían gratuitamente los uniformes, los útiles, libros y herramientas necesarias para su formación; como así también becas y el almuerzo diario en dichas escuelas.
En 1948 es aprobada la Ley que permitió la creación de la Universidad Nacional Obrera con sede en Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Mendoza y Bahía Blanca, la que pudo abrir sus puertas recién en 1953, ya que una condición para el ingreso era poseer el título de Técnico egresado tras los seis años de cursado en las Escuelas Fábricas.
En el período denominado “peronismo” se llevaron adelante políticas que permitieron a los sectores populares ingresar, permanecer y egresar de los niveles secundarios y universitarios permitiendo su movilidad social en un modelo de desarrollo basado en la necesidad de mejorar la calidad de vida de los habitantes del país.
Durante el desarrollismo, a partir de 1958, la Educación Técnica y las carreras de ingenierías de la Universidades Tecnológicas Nacionales (ex UON), orientan sus cátedras a una visión de desarrollo exógeno vinculado fuertemente con los capitales extranjeros en industrias automotrices y petroquímicas. Abandonando un camino de desarrollo endógeno basados en soberanía económica, científica y tecnológica que impulsaron el diseño y producción de máquinas agrícolas, tractores, automotores, motos, aviones, entre otras industrias que irían consolidando junto a otras políticas un modelo de equidad social.
Las políticas neoliberales impuestas por la dictadura cívico- militar en 1976 generaron un desguace de la educación orientada al trabajo y la producción industrial; políticas que se intensificaron en los ’90 durante el período denominado “menemismo” y se retomaron durante el “macrismo” mediante políticas de desfinanciamiento y vaciamiento del Estado, dando luz verde a la especulación financiera y el endeudamiento externo para sostener la imparable fuga de capitales y dividendos. Un modelo de desindustrialización, de destrucción sistemática del trabajo y mercantilización de la educación y la salud.
El pasado año se cumplieron 15 años de la aprobación de la Ley de Educación Técnica Profesional mediante la cual se impulsaron políticas estatales que permitieron intervenir en la economía recuperando experiencias históricas de industrialización y mejora en las condiciones de vida de los trabajadores.
Desde AMSAFE venimos reclamando el pleno cumplimiento de la Ley de Educación Técnica Profesional, el financiamiento fijado por el Artículo 52 de la misma y la participación de la Provincia mediante la Ley de Presupuesto que año tras año avala los fondos dispuestos por Nación. Así como también avanzar, mediante programas especiales, hacia los objetivos establecidos por la LETP 26058 en correspondencia con la Ley de Educación Sexual Integral (26150/06) y la Ley de Educación Ambiental (27621/21).
Junto a CTERA solicitamos se garantice el Derecho a la Formación Permanente y en servicio a todos los docentes del nivel y la modalidad, recuperándose el Profesorado del INET con una estructura curricular general para todo el territorio nacional y especificaciones jurisdiccionales atendiendo las singularidades y diversidades de cada una de éstas.
Un profesorado que recupere la formación desde una pedagogía crítica y emancipadora, que rescate las valiosas experiencias latinoamericanas en el marco de una educación democrática y popular desde una concepción de autonomía tecnológica y desarrollo social en el que la ciencia, la técnica y la tecnología recuperen al trabajo como una forma de vivir múltiples necesidades como creación, participación, identidad, subsistencia y entendimiento.
En el Día de la Educación Técnica felicitamos a todxs lxs docentes de esta modalidad del nivel secundario y superior, comprometidos desde su condición de trabajador/a con la necesidad de garantizar a sus estudiantes el derecho social de la educación para construir juntos una sociedad justa, igualitaria, democrática, emancipadora y solidaria.
¡¡¡¡FELIZ DÍA PROFES!!!!